viernes, 25 de octubre de 2013
jueves, 24 de octubre de 2013
EMBARAZO ECTÓPICO
Un embarazo ectópico es una situación de
emergencia, y uno de los primeros signos de embarazo ectópico suele ser
un dolor agudo en el costado del abdomen que en ocasiones suele ir
acompañado de pérdida de sangre.
En este tipo de embarazo el óvulo se suele implantar fuera del útero, normalmente en las Trompas de Falopio.
SÍNTOMAS MÁS COMUNES:
- Un dolor abdominal muy fuerte, sobre todo en un lado.
- Calambres.
- Sangrado, aunque sea escaso.
- Hemorragias vaginales.
- Náuseas y vómitos.
- Debilidad, desmayos o mareos.
- Hipotensión, mareos al levantarse.
- Palidez.
- Taquicardias.
En este tipo de embarazo el óvulo se suele implantar fuera del útero, normalmente en las Trompas de Falopio.
SÍNTOMAS MÁS COMUNES:
- Un dolor abdominal muy fuerte, sobre todo en un lado.
- Calambres.
- Sangrado, aunque sea escaso.
- Hemorragias vaginales.
- Náuseas y vómitos.
- Debilidad, desmayos o mareos.
- Hipotensión, mareos al levantarse.
- Palidez.
- Taquicardias.
jueves, 26 de septiembre de 2013
EL ESTUDIO DE FERTILIDAD
Si has estado intentando quedarte embarazada y
aún no lo has conseguido, después de un tiempo prudencial, el siguiente
paso será el hacer un estudio de fertilidad, a ambos miembros de la
pareja, ya que estos resultados serán la base para saber qué debemos hacer más tarde y qué tratamiento es el más adecuado para cada caso.
En la mujer, es importante hacer un estudio de sus hormonas, para saber cómo trabaja su sistema hormonal, ya que esto nos dará muchísima información… desde cómo trabajan los ovarios, cuanta reserva ovárica nos queda, saber si la glándula tiroides está en equilibrio, y saber sí ovulamos con normalidad o no.
También es necesario hacer un estudio para saber si las trompas son permeables, es decir, necesitamos saber si los óvulos pasan a través de ellas y pueden encontrarse con los espermatozoides.
Por otra parte, no hay que dejar de lado toda la flora de la vagina y del útero, es necesario realizar un cultivo de la flora del cérvix, porque en muchas ocasiones hay microrganismos que están impidiendo la implantación del embrión, o produciendo abortos, y tenemos que conocer “quien” se aloja en nuestro útero, para poder tratarlos. Además, en ciertas ocasiones, estos microorganismos patógenos NO dan señales, no dan síntomas, por eso es recomendable, cada año realizar este tipo de prueba.
Es básico, también, que la mujer se haga una ecografía, para conocer cómo está el útero, y así descartar patologías como miomas, tabiques, pólipos, endometriosis, hidrosálpinx…. Con la ecografía, también, se estudian los ovarios y su tamaño, la cantidad de folículos (bolsitas que contienen a los óvulos) que tenemos en ese momento, descartando, por ejemplo, ovarios poliquísticos.
Hay otro estudio, que no se suele realizar, y que nos puede aportar una información muy valiosa, qu es un examen de ciertas vitaminas y minerales. Así, si en la mujer existiera un déficit de ciertas vitaminas, podrían provocar infertilidad.
El hombre, en cuanto al estudio, se suele llevar la mejor parte, ya que, salvo que haya sospechas de alguna alteración, en principio se sólo realiza un Espermiograma, que es analizar su semen, estudiando la cantidad de espermatozoides, la movilidad de los mismos y su morfología.
Pero se pueden hacer más estudios, dependiendo de la historia clínica del paciente, por ejemplo, cultivo de semen, analítica hormonal, estudio de fragmentación del ADN del espermatozoide….
Hay muchos más, pero que se harían en casos muy específicos.
En la mujer, es importante hacer un estudio de sus hormonas, para saber cómo trabaja su sistema hormonal, ya que esto nos dará muchísima información… desde cómo trabajan los ovarios, cuanta reserva ovárica nos queda, saber si la glándula tiroides está en equilibrio, y saber sí ovulamos con normalidad o no.
También es necesario hacer un estudio para saber si las trompas son permeables, es decir, necesitamos saber si los óvulos pasan a través de ellas y pueden encontrarse con los espermatozoides.
Por otra parte, no hay que dejar de lado toda la flora de la vagina y del útero, es necesario realizar un cultivo de la flora del cérvix, porque en muchas ocasiones hay microrganismos que están impidiendo la implantación del embrión, o produciendo abortos, y tenemos que conocer “quien” se aloja en nuestro útero, para poder tratarlos. Además, en ciertas ocasiones, estos microorganismos patógenos NO dan señales, no dan síntomas, por eso es recomendable, cada año realizar este tipo de prueba.
Es básico, también, que la mujer se haga una ecografía, para conocer cómo está el útero, y así descartar patologías como miomas, tabiques, pólipos, endometriosis, hidrosálpinx…. Con la ecografía, también, se estudian los ovarios y su tamaño, la cantidad de folículos (bolsitas que contienen a los óvulos) que tenemos en ese momento, descartando, por ejemplo, ovarios poliquísticos.
Hay otro estudio, que no se suele realizar, y que nos puede aportar una información muy valiosa, qu es un examen de ciertas vitaminas y minerales. Así, si en la mujer existiera un déficit de ciertas vitaminas, podrían provocar infertilidad.
El hombre, en cuanto al estudio, se suele llevar la mejor parte, ya que, salvo que haya sospechas de alguna alteración, en principio se sólo realiza un Espermiograma, que es analizar su semen, estudiando la cantidad de espermatozoides, la movilidad de los mismos y su morfología.
Pero se pueden hacer más estudios, dependiendo de la historia clínica del paciente, por ejemplo, cultivo de semen, analítica hormonal, estudio de fragmentación del ADN del espermatozoide….
Hay muchos más, pero que se harían en casos muy específicos.
miércoles, 18 de septiembre de 2013
viernes, 6 de septiembre de 2013
CIRCULACIÓN FETAL
Durante el desarrollo embrionario y fetal la placenta
actúa como un órgano que transfiere
oxígeno y nutrientes desde la sangre materna a la
circulación fetal, ocurriendo lo inverso con los
desechos metabólicos fetales y con el dióxido
de carbono. Esta situación hace que la
circulación fetal presente una conexión
vascular con la placenta, a través de los vasos
umbilicales y, mediante puentes circulatorios, se excluya a
la circulación pulmonar.
Así, a través de las arterias umbilicales, la sangre con baja saturación de oxígeno y con los desechos metabólicos se dirige hacia la placenta. Allí, a través de los capilares placentarios, se produce la oxigenación y la incorporación de nutrientes a la sangre fetal. Esta sangre, con una saturación de un 80% de oxígeno, es conducida hacia el feto por medio de la vena umbilical. A nivel del hígado, una buena parte de la sangre de la vena umbilical (el 60%) es derivado a través del ducto venoso hacia la vena cava inferior. La fracción restante circula a través de los sinusoides hepáticos; vasos sanguíneos que están participando de la elevada actividad metabólica del hígado fetal.
Así, a través de las arterias umbilicales, la sangre con baja saturación de oxígeno y con los desechos metabólicos se dirige hacia la placenta. Allí, a través de los capilares placentarios, se produce la oxigenación y la incorporación de nutrientes a la sangre fetal. Esta sangre, con una saturación de un 80% de oxígeno, es conducida hacia el feto por medio de la vena umbilical. A nivel del hígado, una buena parte de la sangre de la vena umbilical (el 60%) es derivado a través del ducto venoso hacia la vena cava inferior. La fracción restante circula a través de los sinusoides hepáticos; vasos sanguíneos que están participando de la elevada actividad metabólica del hígado fetal.
A
nivel hepático se produce la primera mezcla
de sangre oxigenada (proveniente de la placenta) y
sangre desoxigenada (proveniente de la
circulación portal del feto). En el punto de
unión del conducto venoso con la vena
umbilical se establece un mecanismo de
esfínter, que regula el flujo de entrada de
sangre desde la placenta hacia la
circulación fetal, previniendo el brusco
incremento de la volemia fetal y la
sobrecarga funcional del corazón. Esto es
especialmente importante durante las contracciones
uterinas, proceso que incrementa la presión
venosa umbilical.
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jueves, 5 de septiembre de 2013
CONSUMO DE CARNE EN EL EMBARAZO
La carne poco hecha
La carne puede estar contaminado con el parásito Toxiplasma gondii y la embarazada contraer toxoplasmosis.
En ese caso, hay un 40% de probabilidades de que también pase al feto y le produzca alteraciones severas. Para inactivar el microorganismo, la carne se debe cocinar por completo a una temperatura superior a 60º o haberse mantenido congelada al menos 24 horas a -20º.
Beneficios de la carne
La ingesta de carne de ternera durante la gestación nutre al organismo con vitamina B y minerales, lo que colabora a regular los niveles hormonales, que se incrementan durante el embarazo. El cuerpo de
Por otro lado, la carne contiene la coenzima Q10 que favorece la produción de la energía necesaria, al tiempo que impulsa el ritmo cardíaco del bebé. A su vez, el cinc y el selenio presentes en la ternera estimulan el desarrollo de los tejidos del bebé.
las embarazadas requiere fabricar glóbulos rojos extra, y el hierro y la vitamina B12 presentes en este tipo de carne ayudan a activar dicho proceso. En efecto, el hierro es muy importante para la prevención de la anemia ferroprénica en las embarazadas. Para favorecer la absorción del hierro, es conveniente acompañar la carne con una ensalada condimentada con limón o comer un kiwi de postre.
Durante el embarazo, las mujeres son más propensas a enfermarse o coger una infección provocada por los alimentos que ingieren.
En lo que respecta a las carnes rojas, hay ciertas recomendaciones que las embarazadas deben tener en cuenta para mantenerte saludables.
En primer lugar, los especialistas recomiendan no juntar nunca la carne cruda con el resto de los alimentos. También, es importante extremar la limpieza de los utensilios de cocina, lavándolos bien luego de ser usados.
Al cocinar carne de res o pollo, es importante verificar que no quede cruda ninguna parte. Si el interior de la misma posee una coloración rosa, eso significa que aún le falta cocción.
Asimismo, hay que tener cuidado al freír hamburguesas o chorizos, porque por fuera pueden parecer que están a punto pero por dentro en ocasiones están crudos.
Un dato para tener en cuenta, nunca hay que interferir en la cadena de frío de la carne, de modo que se la debe consumir ni bien se la descongele. De lo contrario, si es dejada a temperatura ambiente y se la vuelve a colocar en el refrigerador, existe el riesgo de que resulte rápidamente contaminada con microorganismos y bacterias.
Lo que no se debe comer
En relación a las carnes rojas, los médicos nutricionistas sostienen que lo ideal es optar por las carnes magras, es decir, sin grasa, como es el caso de ciertos cortes como los filetes. En el caso del pavo y el pollo, se deben comer siempre sin piel.
La carne de res, al igual que la del cerdo y aves tiene que consumirse bien cocinada, puede ser asada, en guisos o frita. Sin embargo, la futura madre deberá necesariamente descartar de su dieta a los carpaccios y el steak tartare, al igual que las vísceras, como por ejemplo los sesos, criadillas, hígado y riñones.
La carne de cerdo
La carne de cerdo es altamente rica en proteínas, por lo que las embarazadas la pueden consumir .
Como se trata de una carne grasa, lo mejor es comerla acompañada de alimentos más ligeros, preferentemente ricos en fibra. De ese modo, no habrá que preocuparse por las digestiones pesadas.Por lo que se puede consumir pero con moderación, porque hay que tener en cuenta que durante la gestación la digestión se torna más pesada.
EMBARAZO Y EL CONSUMO DE PESCADO
El Departamento de Salud y Salud Mental de la Ciudad de Nueva York ha publicado una completa guía llamada “Coma pescado, elija sabiamente – Protéjase del mercurio” en la que recomienda a mujeres embarazadas, mujeres que estén dando el pecho y niños qué tipo de pescado es el más aconsejable para ingerir y cuál se debe evitar en base a su concentración de mercurio.
El pescado es rico en proteínas y nutrientes y bajo en calorías, aunque a veces puede contener mercurio. La mayoría de las personas pueden comer pescado sin preocuparse por el mercurio, pero las mujeres embarazadas o que estén amamantando y los niños deberían controlar qué tipo de pescado pueden comer y cuál es mejor evitar.
Durante el embarazo, el mercurio puede pasar de la madre al bebé. En cantidades más pequeñas puede también pasar a la leche materna. El mercurio puede afectar al cerebro en desarrollo y causar problemas de aprendizaje en los niños. La mayoría de los bebés cuyas madres comen pescado durante el embarazo nacen sanos y se desarrollan saludablemente, pero cuanto menos expuesto esté un niño al mercurio mejor.
La mayoría de pescados contiene algo de mercurio, pero algunos contienen altas cantidades. Los pescados más grandes y aquellos que se alimentan de otros peces suelen tener más mercurio. De esta manera, el consumo de mercurio de las personas dependerá del tipo de pescado que coman y con qué regularidad.
PIERNAS HINCHADAS
En el 75% de las mujeres embarazadas se produce un edema o hinchazón benigno relacionado directamente con un aumento de los líquidos corporales. Es normal una ligera inflamación de las manos, tobillos y de los pies molesta y antiestética.
Aparece generalmente a últimas horas del día, sobre todo tras días calurosos o cuando has permanecido mucho tiempo de pie o sentada. Sigue estos consejos y notarás un poco de alivio: levanta las piernas y las manos por encima del corazón, evita el consumo excesivo de sal, bebe agua regularmente, pasea y aplícate por las noches cremas específicas para piernas cansadas.
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